lunes, 21 de diciembre de 2009

Divagando



    
    La vida va transcurriendo en este difícil sentido de sí misma. Es como pretender dejar atrás lo ya vivido e intentar emprender una nueva ruta usando el camino de vuelta queriendo volver a empezar, aun sabiendo la imposibilidad de tal pretensión.


     Cuando te das cuenta de que no sirve de nada aferrarse tanto a lo material en cuanto a lo espiritual puedes entonces llegar a pensar que quizás sea demasiado tarde para asimilar que tienes que envejecer con suficiente dignidad y, ¿por qué no?, incluso llegar a enfermar.


       Siempre ha de parecernos injusto lo que el destino nos tenga preparado. Más, si cabe, si esto le sucede a alguien a quien quieres y que en este transcurrir de la vida va por delante de ti aun a pesar de lo realmente egoistas que podemos ser en lo más profundo de nosotros mismos y tanto nos cueste reconocerlo. 


1 comentarios:

Carmen Silza dijo...

Vengo del bloc de Reltih, encantada de estar aquí, vivimos cerquita.Sin permiso me quedo.Un abrazo con mis mejores deseos.